Aunque en principio parece un elemento invasivo dentro de un contexto de otra epoca, profundizando un poco en el análisis, es notorio que el artefacto juega y se relaciona de una manera contundente con los edificios existentes y con la ciudad.
El objetivo de la fachada en vidrio es reflejar el contexto inmediato y darle dinamismo al edificio y al espacio a traves de la luz y las sombras; mientras que la inclinación en la parte superior busca proyectar y reflejar el mar dentro de un espacio cerrado, el proyecto mete la ciudad en el edificio.
Es increíble la forma en como un elemento de una geometria no muy compleja puede llegar a tener una trascendencia tan radical y a lograr excelentes efectos con operaciones tan simples.
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